Control filial

El último sábado por la noche el plan más interesante que tenía por delante era pasar una velada  tranquila (¡Ay, señor, llévame pronto si sigo así cuando tenga los 50!). Para ello me agencié en el súper una cerveza con alcohol (los que me conocen ahora saben que no consumo alcohol de forma habitual y los que me conocieron en mi época estudiantil saben que las cogorzas las pillé todas juntas ¡el primer año!), me hice una hamburguesa (vegetariana) y me dispuse a cenar viendo algunas canciones de Eurovisión. Me cansé pronto, y había bajado unas pelis para verlas después de cenar, entre el efecto del alcohol (ojo al dato, una cerveza) y el cansancio de la semana no pude llegar ni a la mitad de la película por lo que antes de las doce ya estaba metida en la cama. Evidentemente estos planes son sin niños, ellos se habían ido a pasar el sábado noche y el domingo con su padre.

El domingo me puse a trabajar preparando el trabajo de la semana y dejé la botella de cerveza vacía para reciclarla cuando bajara a la calle. Mi hijo Pablo llegó antes y cuando vió la botella, la analizó, le dió la vuelta y dijo:

-"Ésta tiene alcohol mamá".

A lo que yo contesté:

-"Si hijo, una vez al año no hace daño",

-"Pues lo voy a apuntar",

-"¿Cómo que lo vas a apuntar? ¿dónde lo vas a hacer si cuando veas otra cerveza con alcohol no te vas a acordar de donde lo apuntaste?" dije sonriendo.

- "Si, lo pondré en mi cuaderno de dibujo".

No le di más importancia, pensé que sólo eran comentarios que hacia sin pensar y para chincharme, cosa que hace cada vez más a menudo. Hasta que esta tarde cuando llegué del trabajo entré en su habitación y encima de su escritorio había una hoja de papel con una anotación "Mamá alchol" (tengo que decirle como se escribe bien) y un renglón más abajo "2013: 1" . Casi me da un ataque de risa, espero que cuando llegue el momento, que llegará, en el que él se tome una cerveza no le importe si yo también la anoto ;)

Pablo, the artist

A mi bajito Pablo no le gustaba mucho dibujar ni pintar. Se le hacía un mundo cuando la profe le pedía que pintara un mandala bien, sin salirse de los bordes del dibujo, o cuando tenía que dibujar cualquier cosa para su cuaderno o las tareas. De esto no hace mucho, recuerdo que en el primer trimestre tuvimos un domingo movidito porque no quería pintar la tarea del cole y por más que lo tranquilizara me decía "no me gusta pintar, mamá, y no quiero hacerlo". Tanto su padre como yo siempre les intentamos decir que aunque no te guste hacer algo hay que hacerlo, y si no se te da tienes que practicar para mejorar.

Pues bien, hace ya unas semanas que está entusiasmado con el dibujo. Incluso quita parte del tiempo que le dedica a jugar al ordenador o las maquinitas para hacer dibujos. El lunes me dijo que habían montado, él y un compañero suyo, un club de dibujo, que aunque todavía no tenían sino un socio era muy importante (parece ser que es el segundo al que pertenece, el primero es el de los fans de Star Wars) y que esperaban, como socios fundadores, poder unir a más compañeros al club. Además me enseñó su último "trabajo" una recreación de Finn, uno de los protagonistas de Hora de aventuras, primero lo dibujó a lápiz con distintos tipos de traje y le pregunté que si lo iba a pintar y me dijo que sí, así que este viernes me presentó el trabajo ya terminado. No está nada mal para un niño que no le gusta demasiado pintar, le he felicitado y me ha dicho que lo puedo publicar, ya se va a acostumbrando a que lleve un blog, incluso a veces me pide leer lo que escribo. Lo que todavía no he conseguido es que deje de doblar la hoja en la que dibuja y que casi haya que pasarle la plancha para que quede bien ;). Lo del orden en su mochila no es su fuerte, y no es por falta de decirle que use las carpetas que tiene para que no se le arruguen las tareas (ya aprenderá).

Además para el día de la madre, y con dos días de retraso que no me importaron cuando vi el resultado me entregó un sobre hecho por él mismo, con un sello en el que decía Te quiero. Lo trajo cuando volvía de casa de su padre "Esto estaba en el buzón, mamá"; "Uhmm, parece que tengo un admirador secreto" le dije para darle emoción al asunto. Cuando lo abrí me encontré un marcapáginas (él sabe que los colecciono) y dos corazones pintados y con mensajes a ambos lados. Me dijo que Dani había ayudado a pintar los corazones pero que los dibujos eran de él. Se los muestro, el marcapáginas está genial, se dibujó como Captain Rex y al hermano como Anakin. No puedo quejarme ;). ¡Buen fin de semana para tod@s!

Un pequeño cuento de Pablo

Hace dos semanas, en el cuaderno de expresión escrita de mi bajito mayor, encontré una pequeña actividad que tenía que realizar. Se trataba de imaginar y continuar con un cuento del que la profesora les daba el comienzo. Me gustó mucho lo que escribió; su letra no era la mejor y su profe (coincido con ella) dice que es telegráfico cuando redacta, por más que le insisto no he conseguido que deje de ser tan escueto y conciso. Igual le viene bien en el futuro porque sabe sacar las ideas principales de lo que lee, es un valor que se está perdiendo y es muy útil en los estudios.

 

 A continuación transcribo su relato, con su consentimiento claro, lo que escribió lo he puesto en cursiva, y sólo he arreglado dos tildes que andaban algo "descarriladas". El comienzo era el siguiente: 

"Había una vez una rana que quería ser tan grande como un buey. La rana comía y comía sin parar, engordaba y se hinchaba, y constantemente preguntaba a las demás ranas si era ya tan grande como el buey " ...... Y lo era, la rana fue muy feliz. Entonces la rana fue a jugar con más ranas pero, siempre que jugaba las aplastaba; se fue a su estanque, se puso encima de un nenúfar y se iba hundiendo. Finalmente se pinchó con una roca volvió a su tamaño y comprendió que no necesitaba ser diferente para ser feliz.

Es muy breve, ya lo he comentado antes, pero me emociona leer lo que escribe. Cuando tenía más o menos su edad quería ser escritora, escribía historias de una familia García imaginaria con dos o tres hijos en un cuaderno de dos rayas que tenía heredado de mi hermana. Es simplemente, amor de madre.

¡Buen comienzo de semana!

Cumpleaños feliz Pablo

Hace dos domingos, coincidiendo con el final de la semana santa, fue el cumple de Pablo, ya tiene 9 añazos, dentro de poco será de mi altura (1,65 m) y ahora mismo podemos compartir calcetines porque ya se acerca al 38 de pie. Es muy buen estudiante, responsable con sus tareas, aunque a veces le entre un poco de pereza y no quiera leer el libro mensual que le mandan en el cole (luego lo lee en dos días y se queda tan pancho aunque le digamos que tiene que dosificar un poquito cada día y terminarlo en más tiempo).

 No es muy deportista, este sábado han celebrado las olimpiadas en su cole y no ha elegido jugar al fútbol o al baloncesto sino a la petanca, boliches (canicas), trompo, y su favorito: el ajedrez (lleva la cuenta de las partidas que me gana y ya van tres). Le encanta contar chistes, prácticamente todas las semanas viene con repertorio nuevo y es fan absoluto de José Mota y su vieja del visillo. Tiene muchos amigos, algunos compañeros desde primero de infantil y otros nuevos de primaria, y alguno que sólo comparte élcon él actividades o juegos en el cole. También le gustan los videojuegos, como a todos supongo, algunos que no me hacen gracia a mi pero que comparte con su padre; en casa sólo pueden jugar los fines de semana y a veces tengo que obligarles a salir para que hagan otras cosas. Le gusta leer a Mortadelo y Filemón, se parte de risa con sus cosas y ya ha pasado un poco de Geronimo Stilton. 

Su cumple lo celebramos en una bolera, porque sus amigos también lo habían celebrado en ese sitio y es sabido que marcan tendencias los que primero cambian el sitio. El mismo fin de semana tuvieron dos cumples así que practicaron bastante con los bolos.

 Dani intentando el segundo tiro, todavía no sé cómo ha sobrevivido el parquet de las pistas a los "batacazos" que les dan con los bolos.

Pablo celebrando un tiro del que quedó sólo un bolo.

Volviendo a colocar las fichas en el tablero después de ganarme, con una "pequeña" ayuda de la profe de ajedrez. Este año no lo tiene como actividad extraescolar porque ha preferido el huerto escolar, pero lo practica conmigo en casa cuando quiere.

¡Por fin es viernes!

Esta semana ha sido un poco estresante:

- El lunes cuando iba a salir de casa no encontraba la llave del coche, tuve que utilizar la de repuesto hasta que después de mucho buscarla la encontré en una vitrina que tengo para la vajilla, cortesía de mi hijo Daniel que ni siquiera recordaba haber hecho la trastada.

- El martes la bajona del concurso de traslado, y comienzo de una conjuntivitis + blefaritis de mi ojo derecho que hizo que el miércoles no fuera a trabajar porque no podía casi abrir el ojo (evidentemente he dejado de usar las "lentejas" en mis ojos, como dice Daniel, hasta que se pase del todo el malestar) y esperar más de una hora en el médico a que me atendiera.

 - El jueves me llaman del cole, que Daniel está con vómitos, localizar al padre para que lo recoja porque estoy a más de 90 kilómetros y no llegaría. Celebración del cumple de Pablo por la tarde a la que no pudo asistir, evidentemente, ni Dani ni su padre.

 - Hoy viernes, los alumnos muy "activos" por la cercanía de las vacaciones, una alumna con un ataque de ansiedad en medio de una clase, otra que me dijeron luego que se había hecho un esguince al bajar las escaleras del instituto, y una "casi pelea" de "gatas" en el recreo.

Menos mal que a las 14:15 h sonó el timbre y pudimos "respirar", ellos contentos pero yo más. Comida agradable con unas compañeras a eso de las cuatro de la tarde, café y paseo por un centro comercial para desconectar del todo.

Ante mí nueve días, con tres días en Las Palmas visitando a la familia, unos 50 exámenes por corregir, 25 planes de recuperación que corregir y un curso de teleformación que terminar antes del 25 de Abril, ¿alguien da más? Y ahora que alguien se atreva a decir que los profes tenemos muchas vacaciones ;). Feliz finde.

Ocho años

Este pasado viernes mi bajito Pablo cumplió 8 añazos. El tiempo pasa deprisa y ese bebé que estaba en la cuna del hospital se ha convertido en todo un chico que me llega por el hombro y que en nada me dejará atrás. Tiene un gran corazón, es muy cariñoso con su hermano, conmigo y con su padre; con el resto guarda un poco las distancias pero es amable y un poco tímido. Le encanta ayudarme, últimamente siempre me echa una mano en la cocina, a cortar la verdura para la ensalada o para los espaguettis chinos, o quiere intentar hacer alguna receta como galletas, un bizcocho para el cumple de su hermano, ... Rezonga un poco por las mañanas, cuando lo llamo para levantarse, sobre todo los lunes, el viernes ya se levanta solo. Le gusta aprender muchas cosas, utiliza palabras que no sabe que significa pero las usa en su momento (a su hermano lo "insulta" llamándolo "egocéntrico"). Es muy bromista, le gustan los chistes, las adivinanzas y disfruta leyendo.

Quiere mucho a su hermano, aunque le chinche y de vez en cuando se le escape un  "yo no quería tener un hermano", el otro día Daniel se tenía que vacunar y primero dijo "qué alegría que van a pinchar a mi hermano" y luego lo consoló cuando salió del centro de salud y le llevó la mochila para que no le doliera. En fin que tengo un bajito, ya no tan bajito, que es un sol de niño.

Un día con Pablo

Este viernes pasado llevé a Pablo al médico para una revisión, antes los fui a recoger a casa de su padre, llevé a Daniel al cole, hablé con la profe de Pablo para que me preparara la tarea y recogerla cuando fuera a recoger a Daniel, volvimos a mi casa y esperamos una hora para salir de nuevo. Ya sabemos que la espera en el médico es bastante aburrida, antes de salir de casa le dije que se llevara algo para leer y eligió un cómic de Mortadelo y Filemón (uno de sus preferidos). Después de casi dos horas esperando nos recibió el médico y en quince minutos estábamos fuera. Tocaba ir al supermercado y antes nos paramos a tomar algo en una cafetería.

Dejamos la compra en casa y volvimos al cole para recoger la tarea, todavía faltaba para que saliera Dani así que nos fuimos de compras porque Daniel tenía un doble cumpleaños por la tarde. Ellos ya están tan acostumbrados a que la madre regale ropa en los cumples que ya ni me preguntan,. Mientras yo elegía algo Pablo se paseaba "buscando complementos" según sus propias palabras (no sé de dónde lo sacó porque no es algo que me oiga a mí), se probó un gorro, miró los guantes de Spiderman diciendo algo así como "yo estaba buscando algo así". Finalmente recogimos a Dani, nos fuimos a casa, comimos y al rato ya estábamos preparados para salir de nuevo. Pablo ya no quiere ir a los cumples de los amigos de su hermano, "son de niños pequeños", así que me lo tuve que llevar a un parque cercano hasta que pasara la celebración. Por mí me hubiese quedado en casa tan tranquila, pero ellos tienen que fomentar su vida social y no me queda más remedio. Además de agotada tenía una cena esa noche y ya ni me quedaban ganas; pero yo también necesito vida social así que fui y me lo pasé en grande, cosa que no hubiese hecho si me quedo encerrada en casa.

Le encantó este sombrero de cuadros


En el parque no sólo escaló sino que le dio tiempo a descansar y jugar un partidito con unos "colegas" que le invitaron a jugar.

La merienda

Los bajitos no pueden ser más diferente en sus gustos, a Pablo le pirra el chocolate y los dulces, Daniel prefiere lo salado, le encanta un sandwich de atún y millo (como llamamos en Canarias al maíz) y es el "monstruo" de la mayonesa. Esta tarde tenía el coche en el taller para cambiar los neumáticos y he ido a recogerlos al cole caminando, volvimos también caminando y jugando al "veo, veo" que los bajitos disfrutan y yo me parto de risa. Antes de recoger el coche los llevé a merendar a una cafetería y ya me había dicho Daniel que él no quería bollería, eligió una empanada de pollo y un zumo. Pablo ya fue directo a lo que quería.

Nos sentamos y cada uno me dijo que lo que comía estaba muy rico: Daniel pregunta los ingredientes de su empanada y Pablo levanta su merienda y dice: "El mejor amigo del hombre: ¡¡La magdalena!!" y es que le encantan las magdalenas con trocitos de chocolate, y aunque no se las come muy a menudo porque el chocolate no debe estar en su dieta sino ocasionalmente por problemas intestinales, disfruta como enano que es de su merienda. Y la madre se ríe a mandíbula batiente.

Mañana se sabrá

Hola a tod@s, sé que soy una dejada total, pero no me apetecía demasiado escribir y describir el estrés que he sufrido estos meses. Ya he pasado por toda la oposición y mañana se sabrán las notas. Tengo momentos positivos y negativos, creo que he aprobado porque no me ha salido tan mal, al menos dos de los ejercicios, aunque nunca se sabe. Una lo ve de una forma y puede salir de otra, les juro que hasta ahora he sido muy positiva, es a unas horas de saber cómo será el resultado cuando empiezan las dudas. Hay sólo cuatro plazas disponibles para mi tribunal y unas 60 personas que se han presentado, aunque sé que algunas de ellas han abandonado en un momento u otro. Ya les contaré mañana, faltará la fase de concurso la semana que viene y sabré si estoy dentro o fuera.

Los niños están muy bien, Daniel sigue con sus revisiones y no pueden ser mejores. Pablo está creciendo a pasos agigantados, hoy ha sufrido un revés "importante", ha perdido una mascota virtual que tenía y no veas como le ha afectado. Lloraba a mares, buscaba en el google el número de teléfono de los que habían hecho el juego (el Club Penguin de Disney) porque tenía que recuperarlo. Nada de lo que le decía le consolaba, hasta Daniel se preocupó y me preguntó si su mascota era importante para Pablo, le dije que sí, y él volvió a preguntarme "¿más importante que yo?" Me quedé sorprendida, y le contesté que no, que nada había más importante que un hermano. Luego recuperó a otra mascota y se le pasó, y yo no dejaba de preguntarme "¿y si tenemos una mascota de carne y hueso alguna vez?" Creo que nunca superaría el trauma; ni él, ni yo, ni su hermano. ;)

Pablo y el ajedrez

Ya lo he comentado en el post anterior, a Pablo le ha dado por jugar al ajedrez y otros juegos de mesa. Cuando al principio de este curso llegó la lista de actividades extraescolares que podían elegir en el centro, el padre pensó en que podía hacer algo de fútbol o baloncesto; ya hace natación fuera del cole y yo casi prefería que se apuntara al taller de inglés, algo que también le gusta, pero lo dejamos a su elección. Él tuvo claro que el primero sería ajedrez, ya lo había "intentado" jugar en la ludoteca de la piscina cuando tenía que esperar a que Daniel hiciera su gimnasia y le había gustado. Finalmente eligió ajedrez y taller de juegos como actividades para realizar antes del comedor.

Yo pensé que había un monitor que les enseñaría delante de un tablero, todavía no me acostumbro a que en todo se use el ordenador, así que cuando le pregunté que qué tal con su profe de ajedrez me dijo que no había profe, que aprendían con un programa de pc. No sé porqué pensé que no estaría aprendiendo bien, que aunque te pases muchas horas delante de un juego del que nadie te da unas indicaciones mínimas terminaría por desencantarte. Lo que hacía una vez por semana en el cole en casa lo quería hacer todas las tardes, pero con un tablero de verdad. Yo aprendí con casi 16 ó 17 años a jugar al ajedrez, me enseñó mi primo Ernesto, que era campeón de su centro y ¡que era casi 5 años menor que yo!. Así que todas las tardes que pasaba conmigo jugábamos al ajedrez dos veces, la primera y la revancha de la primera.

Todavía le gano, sobre todo las primeras partidas eran bastante rápidas porque se empeñaba en mover siempre una única pieza hasta que yo se la comía. Le doy algunas recomendaciones y va jugando cada vez mejor, ya me cuesta ganarle un poco más. El otro día me dijo que había aprendido una nueva estrategia, la realizó y me quedé algo asombrada, le pregunté quién se la había enseñado y me dijo que la había aprendido con el ordenador; me quedé boquiabierta, parece que también se aprende de otras maneras y mi hijo ya es casi experto en ella (usa el ordenador con bastante autonomía). Ahora está probando con nuevos juegos de ajedrez en el taller y creo que esta mamá pedirá un juego de ajedrez para la wii a los reyes magos para Pablo. ¡Quién sabe igual tengo un nuevo Kasparov en casa!

Para aquell@s que les interese el tema pueden encontrar material en la revista Jaque, además existe un programa de PC llamado el Pequeño Fritz que enseña ajedrez jugando, del que ya hay una segunda parte, y pueden descargarse un ajedrez con las piezas de los personajes de Stars Wars (ya antiguo) para el ordenador que le encanta a Pablo.

Sensibilidad bajita

Casi estamos en el fin de semana de nuevo, me fastidia que pase el tiempo tan deprisa y no aprovecharlo en lo que me gusta, pero estoy bastante cansada así que cuanto antes se acerque el finde mejor. Daniel sigue algo acatarrado y se queda en casa, el martes fue al cole pero el profesor nos llamó a media mañana porque dice que lo encontraba algo decaído y él se quejaba de que le dolía la barriguita. No ha tenido más fiebre, y de ánimo está estupendamente, lo dejaremos también mañana sin cole porque hace bastante frío por aquí, aunque veo que por la península aún hace más, y queremos resguardarlo un poco más. De todas formas creo que practicamente tod@s l@s que tenemos bajitos estamos en la misma situación de mocos, malestares, etc. Espero que duren poco.

Hoy quería hablarles de Pablo, al que le dedico menos espacio en el blog de lo que desearía. Lleva algunos meses bastante "sensible", por todo se pone a llorar, sobre todo por las noches cuando el cansancio le puede. Se le pasan multitud de cosas por su cabecita: "Mamá, estoy pensando cosas que no me gusta pensarlas", o hace preguntas como "¿De dónde salen los perros mamá?". La otra noche se fue a la cocina mientras yo preparaba la cena y me preguntó :
- "Mamá, ¿cuándo sea grande como papi me tengo que ir de esta casa?"
- (menos mal que no me tronché de risa) "Bueno, cuando seas como papi tendrás tu casa, tu familia y querrás tener tu casa, ¿por qué lo preguntas?"
-"Porque tú no vives con la abuela"
- "Porque quería vivir con papá y formar una familia"
- "Perooo (aquí ya empieza a llorar) yo no quiero marcharme de casa",
- "Verás que cuando seas como papi si que querrás"

Luego estuvimos explicándole cuantos años faltaba para ello y se calmó un poco. No me digan que no es difícil guardar la compostura cuando te hacen preguntas como esta.