Esta semana no he tenido tiempo para nada, estoy con los últimos coletazos del curso y el trabajo se me acumula, y no puedo dedicarle mucho ni al descanso, ni al blog, ni a mis aficiones. Ya queda menos aunque todavía tengo que echar muchas horas, esta última semana sólo he dormido 6 horas de media y eso es lo que me espera en este mes que queda por delante. Mi Saroyan va casi a la mitad, lo poco que trabajo en él es cuando lo llevo en el coche para esperar a mis hijos a la salida del cole, unos escasos quince o veinte minutos, cuando pueda le haré fotos y a mis calcetines de rayas azules que también he terminado hace semanas.
Hoy era la quedada aquí en Tenerife, deben estar acabando, y no he podido asistir, he pasado un domingo con mis bajitos de nuevo en el parque forestal con tirolinas. Me ha impresionado mi hijo Daniel, como siempre, porque ha sido capaz de acabar con todo el recorrido, cosa que yo he abandonado en el segundo circuito porque me ha dado un ataque de vértigo, y el siguiente era aún más alto y presentía que no iba a ir bien. Por eso he sido la fotógrafa oficial, porque sino no habrían fotos del evento.
Mañana se cumplen cinco años del diagnóstico de la leucemia de Daniel y hoy me he emocionado al verlo moviéndose tan alto y tan activo, como dijo su médico en una de las últimas revisiones: un superviviente. La última analítica fue en Abril y todo estaba fenomenal, sigue con revisiones cada cuatro meses pero creo que en Agosto serán cada seis. A veces no termino de creérmelo, ahora me parece que estoy deshaciéndome de todo lo que pasamos, todavía un simple catarro me preocupa, un lunar, un dolor, etc. Intento no obsesionarme, sé que está bien, cuando lo veo correr, hablar por los codos, pelearse con su hermano, darme besitos, y cuando lo veo a más de tres metros de altura andando por un cable o un trozo de madera; pero todo lo que viví hace ya cinco años todavía pesa. El tiempo lo cura todo, o eso dicen, supongo que todavía tiene que pasar más.
Mucho ánimo a los que siguen en la lucha, a Guzmán, a su papá que escribió un post que me puso los pelos de punta porque me sentí identificada con él de principio a fin, porque yo nunca traté los sentimientos como él los trata cuando habla de la leucemia de su hijo, pero estaban dentro de mí; a esos Pelones peleones, que siguen en la lucha contra el cáncer, que puede vencerse y que necesita de tod@s nosotr@s en el caso de la leucemia con una simple donación de médula, o donaciones de sangre periódicas para salvar las anemias y la falta de plaquetas que sufren los que la padecen.
Los niños luchadores siempre van a tener algo distinto a los demás, y los padres de esos niños también.
ResponderEliminarPuede que sí, la experiencia marca mucho.
EliminarEstá guapisimo. Mucho ánimo, leyendote aprendo a relativizar los problemillas o inconvenientes diarios y ponerlos en su justo lugar. Gracias por compartir tu experiencia
ResponderEliminarEstá hecho un roble, y no para. Si algo aprendí con toda esta experiencia es que siempre hay problemas más graves que los que uno tiene, aunque uno los lleve medianamente bien. Un beso.
EliminarGracias por tus entradas en el blog, siempre me enseñas algo. Besos para ti y tus niños.
ResponderEliminarGracias a ti Gloria por seguirme, a mi me encanta compartir las cosas que me pasan, si alquien puede aprovechar lo que yo aprendo cada día ...
Eliminar