jueves, marzo 08, 2012

Crónica de un jueves cualquiera


 

 Los jueves el despertador suena sobre las 5:40 de la mañana; me espera una ducha para activarme, me preparo el sandwich que llevaré al curro, un buen desayuno de tostadas y leche sin lactosa (parece que me sienta mejor) mientras veo unos minutitos de las noticias en la tele, y a salir corriendo para encontrarme con otras dos compañeras con las que comparto coche para ir al trabajo. Una hora después de levantarme ya estamos en el viaje diario de unos 50 minutos por la autopista. Vamos ya hablando de alumnos y alumnas difíciles, o de la crisis en la que estamos sumergidos desde hace ya muchos meses, o de los valores que deberían tener nuestros chicos y chicas en clase y que no vemos por ningún lado. 

Entro a las 8 de la mañana, llegamos unos quince o veinte minutos antes y preparo el material para mi primera hora frente a 30 personitas, luego tendré una guardia que afortunadamente fue tranquila para lo que es habitual en otros días en la que puedo corregir unos exámenes, tercera hora comienza con una llamada a una madre, entrevista con otra que venía a hablar con jefatura sobre el comportamiento nada adecuado de su hijo, otra madre a la que quería dar información sobre su hija. Quince minutos antes del recreo me acuerdo de que tengo otra entrevista con un padre en la hora del recreo y noto el agujerito en mi estómago, empiezo mi sandwich por si no me da tiempo antes de la llegada del progenitor, mientras hablo con la jefa de estudios de la conversación telefónica con la madre del alumno. Antes de que suene el timbre me da tiempo de cargar una cafetera que tenemos en el departamento para preparar un café para mi y mis dos compañeros (mis otras dos compañeras de fatigas no son cafeteras). El padre llega con unos minutos de retraso así que puedo tomarme el café con tranquilidad.

Hablo con el padre, situación algo difícil porque el alumno está algo "alborotado" estos días, me gozo, sin querer, la reprimenda del padre al hijo por su comportamiento (también creo que se lo gozaron algunas personas que estaban en las cercanías dadas las voces que daba el señor). Me despido del señor y llego tarde a la reunión de mi departamento, opino sobre dos o tres puntos y me tomo un segundo café ya helado (no debería haber tomado ni el primero, pero me puede). Me encuentro con otro padre que viene a recoger a su hijo porque según él "una compañera me tiró la mesa a la cabeza", yo, asombrada indago más, "¿cómo que a la cabeza?¿estabas en clase con un profesor o profesora?" "si, maestra, estaba en inglés y el profesor estaba en el aula", "¿y te tiró la mesa a la cabeza delante del profesor?", "si, se me cayó el estuche al suelo y al agacharme a recogerla la compañera rodó la mesa y me dí con el hierro de debajo de la mesa", "aaaahhhh, cuidado como dices las cosas, me imaginaba a tu compañera levantando la mesa y tirándola sobre tu cabeza".

Toca el timbre de 5ª hora, voy a mi clase con primero de la ESO, soy su tutora así que antes de empezar la clase de ciencias oigo todas las quejas de los alumnos y alumnas, intento solucionar algunos problemas y mediar en otros, dejo ir al baño a unos 6 ó 7 personas, con las correspondientes interrupciones; vuelvo a "lanzar" mi discurso sobre que todas las acciones tienen reacciones y que deben comportarse adecuadamente en el aula cuando están los profesores y las profesoras dentro y entre horas cuando están en camino. La clase de ciencias se reduce a unos 15 minutos, en los cuales tengo que oír "eso hay que copiarlo" cuando escribo en la pizarra, "¿puedo pasarle el typex a fulanito?", etc, etc. Termina la hora y les digo que se acuerden del examen de mañana, les pasé preguntas de repaso el día anterior y de ahí sacaré muchas (en realidad casi todas).

Vuelvo a entrar en clase, esta vez con alumnos y alumnas de 4º ESO, llegan escalonadamente al laboratorio donde damos clase. Le llamo la atención a la última pareja que llega porque quieren volver a salir porque se han dejado sus cosas en clase. Son sólo trece alumnos, se supone que es la clase en la que más disfruto porque es una materia opcional y se presupone un interés mayor; aún así tengo que mandar a callar y pedir atención varias veces. Comprendo que están cansados y cansadas, yo estoy derrotada, pero sigo con herencias intermedias, alelismo múltiple y demás parafernalias de genética. Les paso una relación de problemas que les pido que entreguen en una semana, les ruego que no se copien entre ellos: "necesito saber quien puede hacer los problemas y quien no sabe para ayudarles". Cuando termina la clase hablo con una alumna a la que veo bastante despistada últimamente y le convino a que se ponga las pilas si quiere aprobar la evaluación.

Vuelvo al departamento, dejo mis cosas y me llevo la cartera con exámenes que me quedan por corregir, me esperan mis compañeras y mi compañero de viaje para el regreso a casa. Otra animada conversación de como nos ha ido el día y vuelta al punto de partida de la mañana, esta vez a las tres de la tarde. Me meto en mi coche y me paso por una tienda para comprarle zapatillas nuevas a los bajitos; no sé que hacen con ellas porque cada tres meses tengo que cambiárselas y no porque les queden pequeñas sino porque las destrozan. 

Llego a casa sobre las cuatro menos cuarto de la tarde, ufff, casi no tengo hambre pero tengo que prepararme algo sobre la marcha. Mi cabecita no deja de darle vueltas a los problemas de por la mañana, y todavía tengo que sentarme a corregir algunos exámenes; he descansado un poco en el sofá tejiendo unas vueltas de mi calcetín, pero tengo que ir al súper para comprar un par de cosas y a la farmacia; recoger la ropa y preparar la cena. Menos mal que mis bajitos están esta tarde con el padre, vuelven sobre las 8 de la noche y para entonces tengo que tener preparados pijamas y cena, tendré que insistirles en que se duchen para luego cenar, querrán ver un rato la tele porque ponen una de sus series favoritas; a las 9 estarán preparados para irse a la cama. A mi me quedará un ratito después, no mucho porque mi cuerpo ya no aguanta y me caigo por los rincones, ayer me acosté tarde preparando los problemas de genética de cuarto y el examen de los chicos de primero de mañana.

Tengo que decir que los jueves es mi día light, mañana será más duro, tres horas seguidas con alumnado las últimas horas de un viernes pueden resultar agotadoras, lo único es pensar en la recompensa de un fin de semana reconstituyente, aunque en este tendré que corregir los exámenes que he puesto mañana.

Espero que estén disfrutando de su DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA tanto como lo estoy disfrutando yo. ¿Y tú cómo lo estás celebrando?

2 comentarios:

  1. Pues más o menos, levantándome muy pronto, corriendo al trabajo, discutir un par de temas con mi jefe con puntos de vista tan distantes que pienso ¿para qué seguir hablando?, salir más tarde de mi hora, correr a casa a comer y preparar meriendas, correr a la guarde a por una, al cole a por otro, un rato de ocio en el parque y vuelta a casa a preparar cenas, baños y demás. Ayer el padre trabajaba hasta las 2 de la mañana, fuí madre trabajadora full-time...pero de 9 a 11 que me dormí, puede estar leyendo tan agusto...y tan feliz.

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  2. Jejeje, quizá un poco menos estresada que tu en el trabajo, pero poco más o menos...

    Me ha encantado tu post. :)

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