Cuando ya nos la prometíamos felices, el bajito Daniel empeoró, el jueves tenía más fiebre, una tos espantosa, muchos moquitos y no dejaba de pedir que lo tuviésemos en brazos. Lo llevé al pediatra nuevamente y me dijo que tenía que darle antibióticos, unas gotas para los moquitos, unas gotas para la tos y que siguiera dándole el aerosol y el paracetamol para la fiebre. Salí bastante preocupada por la cantidad de medicinas, esa noche la pasamos fatal, primero Pedro se quedó hasta las dos de la mañana intentándolo dormir y luego yo hasta casi las cinco. Lo peor es que no quería que me sentara ni en el sofá ni en la mecedora, sólo quería que me paseara por el salón. Cuando veía que se dormía intentaba recostarme un poco pero era imposible, comenzaba a llorar desesperado y volvía a levantarme. Es agotador tener que moverse continuamente cuando una se está durmiendo, hasta en el palo de un gallinero en esos momentos. Menos mal que al día siguiente estaba mucho mejor, hasta quiso estar un rato en el suelo jugando, esa noche empezó a decir "papá y agua" muy emocionado, estaba como si le hubiesen inyectado algo, luego cayó rendido y no se despertó en toda la noche, cosa que le agradecí muchísimo. El sábado se levantó sobre las siete de la mañana y mientras le daba el biberón, me regaló un "mamá".
Parece que le han sentado los medicamentos, está muy contento, como si quisiera recuperar los días perdidos; y duerme sin despertarse cada diez minutos. Hoy se echó una siesta de casi tres horas, de la que tuvimos que levantarle porque pensábamos que no iba a dormir esta noche.
Durante los días en los que ha estado enfermo ha perdido algo de peso, sólo comía bien el pecho, y ahora parece que no lo quiere, ni tampoco el biberón. Supongo que será algo pasajero, esta noche probamos a hacerle una papilla y dársela con cuchara pero no tomó mucho. Mi pecho también se ha agotado, con tantos días sin descansar bien, parece que no se ha recuperado. Bueno, ocho meses de lactancia materna tampoco están mal, y Daniel crece bastante bien.
A ver si se nos recupera del todo... Pobrecitos, vaya susto.
ResponderEliminarPobre! espero que se siga recuperandos. No puedo creer que ya esta diciendo palabras... y mama tambien!! Me muero :)
ResponderEliminaraissss Carmen... debes estar agotada... yo cuando enferman lo paso fatal!!!! Animo guapa...
ResponderEliminarGracias chicas, parece que Daniel está mejor pero no del todo. Por lo menos está de mejor humor y más activo, tanto que todas las noches se despierta sobre las cuatro de la mañana y se queda despierto un buen rato. Por lo menos no llora, me despierta con su cháchara y moviéndose en la cuna, eso sí, si tardo en reaccionar se queja un poco. Mañana iremos al pediatra para ver como sigue. No puedo postear porque tenemos problemas informáticos en casa, espero se solucionen pronto.
ResponderEliminarTranquila, que somos pacientes... ;-) Ya nos contarás que dice el pediatra...
ResponderEliminarNo te desalientes con el pecho, nunca se agota si él toma. Lo defiende de infecciones y lo nñas importante: lo mantiene cerca tuyo. (Perdón por el consejo no pedido) En estos días que tuve a mi hijito con fiebre, tomaba a cada rato, por sed, por hambre, por mimos. Como ya lo viene dejando (está por cumplir los dos años) no bajaba la leche tan rápido como él quería y reclamaba, pero era cuestión de paciencia, de él y mía. Unos momentitos de succión y ya bajaba la leche. Saludos!
ResponderEliminarGracias por tu consejo Mariana, lo del pecho es algo a lo que le he dado muchas vueltas, no quería dejarlo del todo. El problema es que cuando me llamen a trabajar, espero que sea muy pronto, Daniel tendrá que empezar en la guardería y no sé si podré darle de mamar antes de salir de casa y no quería quitárselo a la vez que entraba en la guardería para que fuese un cambio más leve. De todas formas hoy he intentado dárselo dos veces y se queda con hambre por lo que le completo con biberón, si puedo seguiré un poco más.
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