Empezamos el fin de semana con el cumpleaños de Diego, el hijo de mi amiga Menchu, y este sábado hemos ido al de Cathaysa, una compañera de la guardería de Pablo. Este mes de Abril ha sido bastante "cumplidito" de cumpleaños, supongo que el que nueve meses atrás fuera pleno verano ayuda al boom cumpleañero ;). Los bajitos duermen a esta hora después de estar poco más de una hora, porque nos costó dar con el sitio de la celebración, jugando con columpios, bolas, platos y cucharas, etc. Hasta Daniel se lo pasó en grande, está muy sociable últimamente, sonríe a todo el mundo e incluso se echa en brazos de otras personas, hasta hace poco no lo hacía, extrañaba bastante y no se sentía cómodo con nadie que no fuéramos su padre o yo. Parece que está entrando en otra fase.
Pablo sigue molesto con sus amígdalas, siguen hinchadas aunque no tiene fiebre. Por eso se ha pasado casi toda la semana con muy mal humor por las mañanas, con perretas cada vez que me dejaba en el trabajo y seguía con su padre a la guardería. Tampoco dormía bien, aunque tampoco ha cambiado demasiado, anoche tuvo otro de sus terrores nocturnos; cuando está así parece que no se despierta del todo, sigue en el sueño o lo que sea. No sé si actúo bien, porque primero intento tranquilizarlo hablándole suavemente, diciéndole que estoy allí, que no pasa nada; e intentando que no se haga daño porque se revuelve y se mueve de un lado a otro. Luego, cuando eso no funciona enciendo la luz e intento despertarlo, porque es imposible que vuelva a dormirse en esas condiciones, cuando logra tranquilizarse y dormirse puede empezar a llorar pronto y si estoy a su lado parece que lo pasa mejor así que ayer me acosté más temprano de lo que tenía planeado. Cuando Pedro se acostó lo pasó a su cama y a eso de las tres y media de la mañana sentí cómo me tocaban la cabeza, allí estaba Pablo de nuevo queriendo acostarse en nuestra cama, y menos mal que durmió bien el resto del tiempo.
Creo que me voy al catre, que ya es muy tarde y mañana tengo que hacer miles de cosas.
me quede pensando en eso de los terrores nocturnos, mis peques rara vez tienen pesadillas y cuando les ha pasado hago lo mismo que vos, les digo que estoy con ellos, intento tranquilizarlos y se vuelven a dormir; a lo mejor podrías consultarlo con Mariana( ser mamá) ella seguro que sabe que es lo mejor que se puede hacer en estos casos.
ResponderEliminarsaluditos
si que me vendría bien una opinión experta, a ver si tengo un momentito y puedo escribirle. Por lo que he leído sobre el tema los terrores nocturnos son normales en algunos niños mayores de tres años, aunque Pablo empezó casi con dos.
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