Ya estoy de vuelta

El sábado pasado nos fuimos mis bajitos y yo a Gran Canaria para ir a la primera comunión de mi sobrino Keivan. El barco se movía un poco, pero fui previsora y me tomé una de esas pastillas contra el mareo con cafeína para no quedarme dormida. Pablo estuvo todo el rato jugando en el área de juegos, y Daniel todo el rato queriendo entrar, habían muchos niños y no era plan. Cuando volvimos si que estuvo un ratito conmigo dentro. Estuve todo el tiempo corriendo de aquí para allá con los niños pero valió la pena porque vi a mi familia y a mucha gente que no veía hacia mucho; hasta dentro de dos años que toca la de mi otro sobrino Néstor no tendré otra oportunidad, porque a las bodas hace rato que dejé de ir, a no ser que me toquen muy directamente.

El puente se me alarga hasta el jueves porque mañana es fiesta en Santa Cruz, donde trabajo ahora, y han aprovechado el día de hoy para fumigar en el edificio. También los niños tienen estos días libres, así que no me va a cundir mucho. Tengo varias cosas que terminar o adelantar, que con esto del trabajo no he podido. Me queda muy poquito de la chaquetita de Daniel, sólo el cuello y la cremallera pero me falta hilo así que tendré que ir a comprarlo, posiblemente el jueves después del trabajo.

Hoy llueve, después de un día espléndido que hizo ayer, tengo varias cosas que hacer con los niños, entre ellas entregar el justificante de pago de la matrícula de Pablo para el colegio, lo admitieron en uno de los que nosotros queríamos, al que fuimos a la entrevista. Estamos muy contentos, y a él le encantó las veces en las que ha ido, siempre quiere quedarse a jugar con los mayores en el patio.

Me voy a preparar el desayuno...