Este domingo nos fuimos de paseo a un gran parque que han abierto a unos diez minutos de casa en coche. Parecía que íbamos de viaje: pañales, toallitas, la merienda de Pablo, agua en biberón y en botella, juguetes, gorras, crema solar protectora, etc. Es una odisea salir de casa sin que se te olvide algo. Por supuesto también llevamos la cámara y sacamos unas fotos de mis bajitos. Daniel disfrutó del momento, aunque todavía no se entera de mucho.
El parque tiene diferentes zonas de juegos según la edad de los usuarios, incluso para adultos: una pista de tierra para mountain bike, un rocódromo, skateboard, baloncesto, etc; y, por supuesto dos zonas de juegos con arena para niños pequeños y otros más mayorcitos respectivamente.
A Pablo no le atraen mucho los toboganes y demás "atracciones" en este parque. Él prefiere jugar con la arena; se quita los zapatos y a disfrutar de llenar de arena su cubo de playa con la pala y un camión de plástico. Todavía no tiene muy asumido lo de compartir sus juguetes y cuando algún niño se le acercaba demasiado decía "esto es de Pablo"; pero poco a poco se fue integrando: una niña le tomó el cubo y jugó un rato con él. Cuando la niña se fue, se quedó mirándola con el ceño fruncido:
Siguió deambulando por la arena, arrastrando sus juguetes hasta que los dejó en la arena y se animó a subirse a un balancín. Al lado habían dos niños y una niña mayores que él jugando con cubos y palas; se bajó del balancín y se sentó al lado de ellos como si nada, tomó uno de sus cubos y empezó a jugar hasta que ellos se fueron.
Me resultó curioso ver como se unía a un grupo, no me esperaba que fuese tan desinhibido, normalmente es más de ir por libre, será que está cambiando su actitud solitaria para comenzar a relacionarse con otros niños.
No sabía lo del talco, tendré que probarlo porque Pablo llega a casa con arena en todas partes. ¿Qué haces, se lo pones antes o le frotas después?
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