Ya hace unos días que no posteo nada, y es que mi ordenador está inutilizado por cosas del trabajo de Pedro y cuando puedo utilizar su ordenador estoy tan cansada que me voy directamente a la cama.
A veces me pregunto cómo se lo montaban nuestros padres. En aquellos tiempos en los que no habían métodos anticonceptivos, al menos no para todos y contando que no considero la "marcha atrás" un anticonceptivo sino más bien un milagro, y traían al mundo los hijos seguiditos. En el caso de mi madre tuvo cinco hijos, las tres primeras nos llevamos 18 y 17 meses respectivamente de la siguiente, yo soy la del medio; luego vino mi hermano ya un poco más tarde y finalmente mi hermana pequeña, muy buscada, dieciséis años después de haber nacido yo. Mi madre se quedó con las ganas de que fuesen gemelas, según sus palabras. Por cierto mi hermana Minerva cumplió 20 años el lunes pasado, quién los pillara, y todavía no he podido hablar con ella para felicitarla. Está en el Reino Unido, afortunadamente a 2 horas de Londres y de la barbarie que allí ocurrió hace casi una semana. Vaya desde aquí mis felicitaciones, cuando tenga acceso a mi ordenador publicaré una foto de ella con Pablo.
A lo que iba, mis hermanas y yo nos llevamos muy poco tiempo y mi madre sobrevivió viviendo en el campo, sin luz ni agua corriente, sin prácticamente vecinos y con tres niñas que no paraban quietas. Y yo me quejo de dos, cómo han cambiado los tiempos! Un día les contaré la historia de mi abuela Justa, de pequeña la llamábamos Mamá Tita para diferenciarla de Mamá Nena la madre de mi padre; que tuvo catorce hijos y vivió hasta los 92 años con múltiples enfermedades desde hacía ya casi 20 años. Murió el año pasado por un fallo de su débil corazón, plácidamente y en su cama.
La vida es ahora muy diferente... Cuando yo era una enana, en el pueblo de mi padre andábamos los críos trotando por la calle hasta las mil sin que nadie tuviese miedo a que nos pasase nada. ¡Ahora ni se nos ocurre!
ResponderEliminar...y además los llevamos a la guardería...
ResponderEliminarEs verdad, los tiempos han cambiado. Lo que hacían nuestras madres era trabajo de verdad, así llegan a la vejez muchas de ellas, con un cansancio en los huesos que no sé cómo lo soportan.
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