El lunes Pablo empezó de nuevo en la guardería, iba muy contento, con unas ganas que yo creía que luego serían lágrimas; pero no, entró un poco cohibido y no lloró nada. Me dijeron que hasta había hecho la siesta!! Cuando lo fuí a recoger por la tarde me recibió muy contento; le pregunté que si se lo había pasado bien me dijo que sí muy entusiasmado. El problema ha surgido en los días posteriores: el martes se despertó sobre las seis y cuarto de la mañana, se vino a nuestra cama y se acostó; no sólo no se quedó dormido sino que despertó a su hermano a las seis y media. Me fuí al salón con los dos, sin éxito porque ninguno quería dormir. Su padre lo llevó a la guardería y antes de cinco minutos estaba llamándome desde el móvil para que le bajara un coche que le habíamos comprado el día anterior, que se había puesto a llorar en el coche; parece que la perreta se repitió en la entrada de la guardería. El miércoles me tocó a mi y tuve que entrar un poco en la guardería porque me dijo "tú también mami" y se quedó llorando; hoy jueves le tocó de nuevo al padre y también lloró. Lo cierto es que dicen que le dura poco, y cuando lo vamos a recoger está más contento que unas castañuelas. A nosotros se nos rompe el alma, y él se levanta por las mañanas diciendo "hoy me quedo en casa, no voy a la guardería". Vamos a ver como se lo va tomando, aunque dentro de poco no habrá otra solución posible, hasta su hermano tendrá que quedarse con él.
Le sacamos esta foto el lunes antes de llevarlo a la guardería, la cara lo dice todo. A partir del segundo día ya lo están dejando sin pañal, lo llevan cada cierto tiempo al baño junto con otros niños que ya llevan algún tiempo en la guardería y parece que va todo bien, todavía no ha tenido ningún "accidente" de esos en los que este verano se decía a sí mismo "Oye Pablo, el pipí se hace en el baño como papá y mamá, no se hace en el suelo, ni en el sillón" o este otro "Oye, Pablo se avisa antes, antes de hacer pipí", evidentemente repetía lo que le habíamos dicho nosotros en otras ocasiones, aunque ya habíamos optado por no regañarle mucho cuando se lo hacía encima.
Esta noche hemos tenido que agarrarlo entre los dos para ponerle el pañal para dormir porque se empeña en que "No quiero pañal" y no hay manera. Se lo explicamos una y otra vez y termina con una perreta de aquí te espero.
Aisssss que lastimita... el lunes me toca a mí... ya os contaré. Paciencia, guapa... se adaptan pronto!
ResponderEliminarEsa como sabes una forma de llamar la atención, el mío empieza el cole y ya contaré si tengo tiempo. Cuando fui a pagar la guardería este mes la chica que me atendió preguntó a otra veterana "Ah, Nicolás, ese niño que siempre trae un juguetito de casa y después no se lo quiere dar a su padre, vamos ni que fuera el único, ¿lo es?, veo que el tuyo también tiene apego por sus juguetitos, ¿serán amarres con su hogar? Aunque lloren a veces al principio la mayoría lo pasa muy bien
ResponderEliminarUffff... pobres peques. Se lo pasan pipa con los compañeros, pero es que como es casiña no se está en ningún lado!
ResponderEliminarPor cierto, que como no encuentro cómo mandarte un correo por lo que me comentabas el otro día de la revista de punto en .pdf te dejo aquí cómo contactarme: maxiavida2002(arroba)yahoo.es
ResponderEliminar¡Gracias hermosa!
Es verdad Maxiavida, creo que Pablo es de los que creen que como en casa no se está en ningún sitio. Cuando estamos por ahí y ya está cansado nos dice "nos vamos a casita" y ya es norma que cuando le decimos que vamos a salir a algún lado lo primero que dice "no quiero ir, yo me quedo aquí".
ResponderEliminarLo de los juguetitos Olivia parece más fuerte este año. Antes no era así, al menos no tanto, lo malo es cuando se le quedan en la guardería; como este fin de semana que se pasó todo el tiempo preguntando por su coche rojo.
Espero que te haya ido bien su primer día Ana, que lo tuyo va por partida triple guapa.